viernes, 15 de enero de 2010

4 you

Si me preguntaran sobre ese día “ Estuvo lloviendo?”. Claramente respondería con una voz pasiva, y aunque llena de dolor, y sonriéndole “No, el cielo estaba llorando”

Me llene de dolor cuando supe de tu ausencia, me sentía extraña y llena de confusión. Extrañaba verte pasar por algún lado y saludarte. Extrañaba ver tu rostro feliz y lleno de energías, eras tú una persona a quien admiraba, desde tu insoportable pereza hasta tus más grandes logros académicos. Fuiste una gran influencia para mí, fuimos compañeras, fuimos amigas, fuimos casi hermanas.

Cuando mire llegar a mi casa a Dani, mi corazón salto de gozo y pensé “Buenas noticias!”. Pero no fue así, llego cansada con su típica mirada seria y me lo dijo, me dijo que tú te habías ido para siempre, que no regresarías. Mi tonta reacción al principio fue echarme a reírme, era una broma, una estúpida y ridícula broma…. Mi corazón se sintió oprimido, no sabia que hacer, no sabia que hacer. No me lo creía, porque siempre dije que eras tu y que pronto te repondrías, pero ya vi que no fue verdad. Mi tía se acerco a nosotras, preguntando si te habrías repuesto, y al recibir la misma noticia que yo se hecho a llorar y yo junto a ella.

Porque no entendía nada, nunca entendía muchas cosas.

Vida y muerte, Luz y obscuridad, felicidad y tristeza……

Charlamos sobre nuestros pasados, esos días en el colegio, riendo, peleando y haciendo tantas cosas que el día de graduarnos juramos guardas esos momentos en nuestro corazón y atesorarlos como la más preciosa gema.

Al verte marchar no supe que hacer, me sentí débil quería dormir y pensar que todo aquello era un mal sueño, que al despertar me dirían “Ella esta bien vamos a verle y llevarle algo”. Me volví a echar a llorar, llore y llore, mi cuerpo débil… después de eso solo pensé en algo pinta, ya no llores y pinta… Fui a mi curso y pinte como poseída intentando terminar a mi Alice in Wonderland, pero después ya no quise, me consoló un amigo y luego volví a casa a descansar.

Llegada la noche vi a mis amigos, no era la reunión que esperaba esa reunión que prometimos al cumplir los 30, era una reunión triste que me lastimaba, me quede cerca de mis viejos y nuevos amigos llorando, llore y llore a no poder mas. Consolando y siendo consolada.

Al día siguiente lo mismo, un corazón lastimero escuchando voces a mi alrededor diciéndome “animo”, escuchando desgarradores gritos de dolor y mirando a a todos llorar como yo. Mi corazón aun contraído escuche atentamente al padre decir y grabe con oro la frase “Somos igual que las hojas cayendo en otoño”, venimos por temporadas, a veces cortas, a veces largas a cumplir una misión. No se cual habrá sido su misión, quizá vino a inspirarnos, a ser nuestro modelo, sea cual sea, ya la cumplido.

Y aun recuerdo esos viejos días riéndonos, estudiando, jugando, comiendo y hasta copiando, era tan divertido comer los dulces en clase, aun recordamos esa guerra de bombones con agua, encuentros con Cristo o los viernes pioneros.

Aun recuerdo tu rostro riendo, y así siempre deseo recordarte.

Aun recuerdo que ese día maldije el nombre de Dios por arrebatarte de nuestro lado.

Y aun pienso que ese día no llovió, el cielo derramo lágrimas, lágrimas amargas, lágrimas de Dios y Ángeles por avernos quitado a un ser querido y a ver ganado a un hermoso ángel.

Para ti que ya vuelas lejos, a ti quien nos diste grandes momentos de felicidad, a ti que nos has dejado, a ti a quien siempre querré….

A ti mi querida amiga.

Descansa en paz.

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